Los equinodermos son una clase de animales marinos que incluyen a las estrellas de mar, los erizos de mar, los pepinos de mar, los lirios de mar y las comatúlidas. Aunque estos seres maravillosos no son muy conocidos por el público en general, poseen una complejidad y diversidad en su morfología y comportamiento que los convierte en un grupo fascinante para los zoólogos. En este artículo exploraremos la biodiversidad de los equinodermos desde una perspectiva taxonómica, es decir, analizando las diferentes formas en que se agrupan y clasifican estos animales.
Los equinodermos se caracterizan por su simetría pentarradial, es decir, que su cuerpo es radialmente simétrico en grupos de cinco, y por su sistema acuífero, que les permite mover sus brazos y pies por medio de la contracción y expansión de canales llenos de agua. Desde el punto de vista taxonómico, se dividen en cinco clases principales: Asteroidea, Ophiuroidea, Echinoidea, Holothuroidea y Crinoidea.
La clase Asteroidea, o estrellas de mar, es la más conocida, con más de 1.500 especies descritas hasta la fecha. Estos animales tienen un cuerpo característico en forma de estrella, con dos caras diferenciadas: una superior, donde se encuentra la boca, y una inferior, donde están los pies ambulacrales. Las estrellas de mar se alimentan principalmente de moluscos y crustáceos, y tienen una sorprendente capacidad de regeneración, siendo capaces de regenerar un brazo perdido. Algunas especies incluso son capaces de regenerar todo su cuerpo a partir de una sola pata.
La clase Ophiuroidea, o serpientes de mar, se caracteriza por tener un cuerpo alargado y esbelto con cinco brazos ambulacrales delgados que se mueven de forma independiente. Aunque su aspecto las hace parecer muy diferentes a las estrellas de mar, las ophiuras están estrechamente emparentadas con ellas. Algunas especies de serpientes de mar tienen una habilidad asombrosa para regenerar los brazos perdidos, y muchas son capaces de autotomizar, es decir, de desprenderse de ciertas partes del cuerpo como estrategia de defensa.
La clase Echinoidea, o erizos de mar, es otra de las más conocidas y diversificadas. Estos animales tienen un cuerpo redondo o aplanado, con una cubierta espinosa que los protege de los depredadores. Los erizos de mar se alimentan de algas y organismos pequeños, y poseen una notable capacidad de adaptación a diferentes hábitats, desde las zonas intermareales hasta los arrecifes de coral más profundos. Algunas especies, como el erizo diadema, son muy valoradas en la gastronomía de algunas culturas.
La clase Holothuroidea, o pepinos de mar, es una de las más curiosas y menos conocidas. Estos animales tienen un cuerpo alargado y cilíndrico, con una textura blanda y viscosa. Los pepinos de mar pueden ser muy variados en su forma y coloración, y su dieta consiste en detritos y sedimentos del fondo marino. Algunas especies de pepinos de mar, como el conocido pepino de mar rojo, son muy valoradas en la gastronomía asiática y se han convertido en un producto de gran valor comercial.
Por último, la clase Crinoidea, o lirios de mar, es la menos conocida y numerosa de todas las clases de equinodermos. Estos animales tienen un cuerpo semejante a una copa, con un conjunto de brazos rígidos y ramificados que utilizan para filtrar el agua y capturar pequeños organismos. Los lirios de mar son animales muy antiguos y primitivos, que se remontan a tiempos en que los mares eran poblados por seres extraños y gigantescos como los trilobites y los graptolitos.
En resumen, los equinodermos son un grupo de animales marinos fascinante y diverso, que incluyen desde las famosas estrellas de mar hasta los desconocidos lirios de mar. Pero su complejidad no termina ahí, ya que cada una de estas clases se divide en una gran cantidad de órdenes, familias, géneros y especies, con características y comportamientos particularmente interesantes y especializados. La biodiversidad de los equinodermos es una fuente inagotable de sorpresas y descubrimientos para los zoólogos, y un ejemplo claro de la belleza y complejidad de la naturaleza.